Conocí a André Bonnaure por el año dos mil cuando escribía sobre gastronomía en el portal de Koldo Royo (www.afuegolento.com), años más tarde cruzamos unos cuantos e-mail que aún conservo, pero fue tan sólo hace dos años cuando por estas fechas nos veíamos las caras en el restaurante "Senyor de Peralada" en Barcelona. Hablamos de todo, pero mi intención era encontrar a alguien que me dijese las verdades, y ese era él, su mirada de ángel escondida tras esa pose auténtica de cocinero afrancesado con aires bohemios e innatos descuidos de genialidad.
De aquí salió una buena relación, visité el "FORUM de Girona" de su mano y pude acceder a los grandes de la cocina francesa gracias a él.
Él me mostró el alma de la cocina, era tan sencillo como no ensuciarla, olvidarse del "barroco", en una receta no utilizar más de tres ingredientes, y todo esto surgía del alma, cuanta más barroca era una receta, más necesidades tenía el chef de sorprender a la galería, y es cierto que los cocineros no estamos para sorprender a la galería. Sino para alimentar tanto física como espiritualmente al comensal.
Acabo de hablar con él, ha sido una conversación corta, concisa, quería comunicarle que en una semana se publica mi nuevo libro, y que en él aparecen varios agradecimientos o frases para él, no he podido decirle nada, el respeto al gran escritor y creador de la biblia del foie, es inevitable.
Debo declarar públicamente o mejor reconocer que el fue el culpable de quitarme los humos de la vanguardia de la cabeza, de mostrarme una directriz y asesorarme sobre la vida. ¡¡Acertó!! seguramente de no haber hecho yo que se cruzase en mi camino, hoy seguiría con gorros y chaquetillas de colorines, gastando mas cargas de CO2 que gas natural y emulsionando más aires que otra cosa. Él me descubrió el sabor, lo sutil y la importancia del producto.
André muchas gracias.
De aquí salió una buena relación, visité el "FORUM de Girona" de su mano y pude acceder a los grandes de la cocina francesa gracias a él.
Él me mostró el alma de la cocina, era tan sencillo como no ensuciarla, olvidarse del "barroco", en una receta no utilizar más de tres ingredientes, y todo esto surgía del alma, cuanta más barroca era una receta, más necesidades tenía el chef de sorprender a la galería, y es cierto que los cocineros no estamos para sorprender a la galería. Sino para alimentar tanto física como espiritualmente al comensal.
Acabo de hablar con él, ha sido una conversación corta, concisa, quería comunicarle que en una semana se publica mi nuevo libro, y que en él aparecen varios agradecimientos o frases para él, no he podido decirle nada, el respeto al gran escritor y creador de la biblia del foie, es inevitable.
Debo declarar públicamente o mejor reconocer que el fue el culpable de quitarme los humos de la vanguardia de la cabeza, de mostrarme una directriz y asesorarme sobre la vida. ¡¡Acertó!! seguramente de no haber hecho yo que se cruzase en mi camino, hoy seguiría con gorros y chaquetillas de colorines, gastando mas cargas de CO2 que gas natural y emulsionando más aires que otra cosa. Él me descubrió el sabor, lo sutil y la importancia del producto.
André muchas gracias.