domingo, 6 de marzo de 2011

EL PREMIO DE LA VIDA


Domingo nublado en el valle pirenaico. En unos minutos rumbo a Calahorra a disfrutar de mis hijos, hace unas semanas que la pena anida en mi alma, y eso que no debería según las leyes cívicas. Estos días anteriores en París, he seguido viendo ese tipo aislado de las realidades que soy. Sé lo que existe pero no deseo sentirlo. Es una sensación extraña, a modo montaña rusa pero sin polarizar, sin trastorno pero transtornando. Ha sido una semana muy intensa, ultimo día de mes zanjé con un atormentado contrato que se cumplió, pero da igual, solo se recuerdan los patinazos, la gente somos así de inhumanos. Al final no recogí ningún premio Gourmand internacional, pero es un orgullo haber llegado al teatro les Folies de Bergère y ser el mejor libro Innovatte CookBook de España, sin editorial, con autoedición y todo PAGADO (fotógrafo, gráficas, diseño etc...) a pulso, es una sensación bellisima, haber sufrido tanto y que ahora esté todo limpio. La primera edición de Pupilas Gustativas está casi agotada en tan solo seis meses, y no creo que exista una segunda autoedición, ya que esté libro también zanja un antes y un después de mi recorrido vital. Un día que me sienta reforzado y con ánimos les contaré la verdadera historia del "Pupilas Gustativas" y todo el aprendizaje que he sufrido.
La Feria del libro de cocina de París ha ido francamente bien, muchos contactos con editoriales interesadas en mis trabajos y que seguramente darán sus frutos pronto, muy pronto.
Si no por unas cosas por otras el karma de la vida siempre me regresa cada año a París, este año no pude visitar a Alejandro Jodoroswky en Le Temeraire, pero le dejé un regalo allí para él, seguramente el próximo miércoles en su reunión con el Tarot se lo entreguen. París es ese tipo de ciudad que acoge a todo el mundo sin perder su esencia. En esta ocasión el Holiday Inn del Sena nos hospedaba, en el mismo distrito 19. Volver a Notre Damm a sentir su historia y desilusionarme de ver el mercado que existe montado dentro del mismo templo, todo es mentira, el catolicismo, el cristianismo, todo, nadie predica con el ejemplo, dinero, dinero, dinero, ¿porqué no cambiamos ya las reglas?, ¿porqué no priorizamos las emociones?, ¿porque la celulosa verde es cada vez mas negra?... sí, muchos de vosotros asentareis la cabeza dandome la razón, pero no hacemos nada por cambiar esto.
Como si de la peli del "día de la marmota" se tratase, este viaje a París me ha resultado familiar, los mismos paseos, los mismos lugares, el hotel Terminus de Lyon muy presente todos los días, realmente no se si me estoy depurando o simplemente se me remueve todo por dentro embarrando mi provenir. Me asusta pensar en la depresión, y prefiero echar balones fuera pensando que la diabetes me afecta a mis fuerzas, al creer en mí, al no dejar que nadie me anule, la sensación de que falta poco para que todo termine y aires nuevos entren en mi vida, quizás me debería dedicar mas a vivir que intentar comprender esta senda tan retorcida aveces.
Algo está cambiando... hoy me decían que el juego de la vida es así, yo no lo creo, he vivido durante casi un año otro juego, más feliz, mas libre, sin claustros, sin medidas, me niego, me niego totalmente a creer que este sea el juego de la vida, ya que para nada la vida es un juego. La vida son emociones, sensaciones, delicadeza y otras dureza, sensibilidad y rechazo, la vida está en continuo equilibrio, una de cal otra de arena y así todo vuelve a su cauce.

Hoy he leído en el "semanal del PAIS" una frase de Paulo Coelho que decía así:
"LA SABIDURÍA DE LA VEJEZ ES ESA: SABER RENUNCIAR A LAS VICTORIAS INMEDIATAS A CAMBIO DE CONQUISTAS DURADERAS"