viernes, 10 de abril de 2009

SOLEDAD DIVINA DESGRACIA.


Las comidas han terminado, no ha sido una mañana muy victoriosa. No puedo pensar en nada, una especie de desánimo me rodea y no será por qué no tengo ilusión y ganas de vivir, más que nunca, pero noto una presión en el hombro y al girarme me encuentro a mi gran compañera de viaje, esa divina desgracia que es la soledad. Seguramente muchos de ustedes la conocen, esos ojos negros como aceitunas, esa sonrisa de "tajada" de melón, esa garganta profunda que sabe "felacerte", siempre rodeado de espectadores. Observo las cartas del "Tarot", desde hace muchos años, casi dos décadas que me acompaña, no crean que me manipula la vida, pero es el único interlocutor que tengo con la "SOLE", no crean que creo mucho en el futuro, prefiero creer en la personas, porqué en ellas si que está el futuro, no crean, pero necesito creer, creer en algo, en alguien e incluso en mí mismo. Estos días me he dado cuenta de muchas cosas, de que la gente quiere quererte para ellos como ellos quieren quererte, no como tu quieres que te quieran, que en definitiva es lo mismo. Entonces si no entras al juego, ya no eres tan importante como parecía, si decides no cruzar los limites de una amistad y esa amistad ya no tiene esas esperanzas, ya no eres valido, no era un sentimiento sincero, da igual que llames con el mismo cariño al teléfono o aparezcas por el "mesenger", ya no eres lo que querían. Para qué quieres futuro, vivamos un presente intenso, sin ataduras y con respeto. Pienso que el futuro empieza a existir cuando uno sabe vivir el presente. "La sin nombre" de los 22 arcanos mayores, esa bella carta que a muchos asusta, asusta igual que un futuro sin solidez, cuando el presente es sólido cualquier futuro sin nombre es sensato y tranquilizante. Cómo dice Jorge Wagensberg;"La felicidad requiere que el futuro sea incierto".