Mi móvil sonó el lunes, yo paseaba por el Passeig de Gràcia en Barcelona con rumbo a ninguna parte, los dígitos que aparecían en la pantalla de mi Nokia no eran conocidos, pero al descolgar la voz inconfundible y afrancesada de André fue una alegría para mi alma. El gran maestro del pato y del foie quería verme y retomar un encuentro que en el pasado no pudo ser.
Quedamos a comer martes en donde él me recomendó: "El Senyor de Peralada", un prestigioso restaurante en el barrio gótico de Barcelona. A la una en punto, André levantaba la mano para saludarme en mitad de la calle Argentería, su andar campechano y su" look" de bohemio romántico le acompañaban, no hubo estrechamiento de manos sino un esperado abrazo de amistad.
Nos sentamos y pedimos a la carta y en nuestra larga e íntima conversación nos acompañaron unas deliciosas croquetas de rustido, espectaculares, una exqueisada de bacalao con uno de los mejores bacalaos que he probado y como platos fuertes una paletilla de cordero confitada y unas carrilleras de ternera con un alucinante all i oli de membrillo; la nota dulce la marcó una torta crujiente con piñones y crema pastelera. La tertulia siguió frente a un café e infusiones.
Pude descubrir la humildad, pude observar en lo que me quiero convertir escuchando atentamente a este gran maestro de los fogones, sus vivencias, sus experiencias, sus conocimientos, su filisofía de vida y de trabajo y sus infinitas anécdotas. Me sentía como "Daniel San" y el "Maestro Millagui" en la película "Karate Kid", jajajaja...pero es cierto.
Le pregunté por mí, por mis errores, cual era su visión sobre mí y la cocina que desarrollo y la verdad es que coincidió con mi autocrítica y búsqueda personal, y también me tranqilizó al decirme que todos los cocineros en mayor o menor medida pasan por estas etapas y que era muy positivo que yo buscase respuestas.
Me sorprendió al contarme que acababa de realizar un papel como actor en la película gastronómica actualmente en cartelera "Dieta Mediterránea" en donde interpreta el papel de él mismo.
André me ayudó a reafirmar mi vida como cocinero y mis inquietudes y me cargó de energía con una frase que no olvidaré nunca : "Dani, si tu no valieras la pena, yo no estaría ahora aquí".
La próxima semana voy a pasarla en Girona en el "Forum internacional de gastronomía" y disfrutaré de su persona y de su buen hacer cómo anfitrión; en Girona intentaré aprender nuevas visiones gastronómicas de la mano de los mejores cocineros del mundo.
Estoy ahora escribiendo en la estación de Barcelona Sans, esperando el "Euromed" que me lleve a casa y estoy pensando en el menú degustación para este fin de semana, voy a cocinar una creación de Bonnaure, el "Capuccino de Foie", cuando lo emplate lo fotografiaré y os lo mostraré.
En resumidas cuentas, este primer encuentro personal con André, son estos golpes de suerte que te cambian la vida, en su modo, en su forma y en su ejecución. Seguramente habrá un antes y un después en mi cocina tras el cruce de este Maestro Mundial en mi vida.
Merci André.
Quedamos a comer martes en donde él me recomendó: "El Senyor de Peralada", un prestigioso restaurante en el barrio gótico de Barcelona. A la una en punto, André levantaba la mano para saludarme en mitad de la calle Argentería, su andar campechano y su" look" de bohemio romántico le acompañaban, no hubo estrechamiento de manos sino un esperado abrazo de amistad.
Nos sentamos y pedimos a la carta y en nuestra larga e íntima conversación nos acompañaron unas deliciosas croquetas de rustido, espectaculares, una exqueisada de bacalao con uno de los mejores bacalaos que he probado y como platos fuertes una paletilla de cordero confitada y unas carrilleras de ternera con un alucinante all i oli de membrillo; la nota dulce la marcó una torta crujiente con piñones y crema pastelera. La tertulia siguió frente a un café e infusiones.
Pude descubrir la humildad, pude observar en lo que me quiero convertir escuchando atentamente a este gran maestro de los fogones, sus vivencias, sus experiencias, sus conocimientos, su filisofía de vida y de trabajo y sus infinitas anécdotas. Me sentía como "Daniel San" y el "Maestro Millagui" en la película "Karate Kid", jajajaja...pero es cierto.
Le pregunté por mí, por mis errores, cual era su visión sobre mí y la cocina que desarrollo y la verdad es que coincidió con mi autocrítica y búsqueda personal, y también me tranqilizó al decirme que todos los cocineros en mayor o menor medida pasan por estas etapas y que era muy positivo que yo buscase respuestas.
Me sorprendió al contarme que acababa de realizar un papel como actor en la película gastronómica actualmente en cartelera "Dieta Mediterránea" en donde interpreta el papel de él mismo.
André me ayudó a reafirmar mi vida como cocinero y mis inquietudes y me cargó de energía con una frase que no olvidaré nunca : "Dani, si tu no valieras la pena, yo no estaría ahora aquí".
La próxima semana voy a pasarla en Girona en el "Forum internacional de gastronomía" y disfrutaré de su persona y de su buen hacer cómo anfitrión; en Girona intentaré aprender nuevas visiones gastronómicas de la mano de los mejores cocineros del mundo.
Estoy ahora escribiendo en la estación de Barcelona Sans, esperando el "Euromed" que me lleve a casa y estoy pensando en el menú degustación para este fin de semana, voy a cocinar una creación de Bonnaure, el "Capuccino de Foie", cuando lo emplate lo fotografiaré y os lo mostraré.
En resumidas cuentas, este primer encuentro personal con André, son estos golpes de suerte que te cambian la vida, en su modo, en su forma y en su ejecución. Seguramente habrá un antes y un después en mi cocina tras el cruce de este Maestro Mundial en mi vida.
Merci André.
