jueves, 28 de enero de 2010

SABÁTICO.


Sabático, reinventarse, organizarse, transformarse, son unos cuantos términos que el mejor cocinero del mundo ha utilizado para definir su cese temporal cara al público frente el restaurante más estrellado del mundo.
El entorno gastronómico muchas veces se parece a una ciudad de porteras, en donde las envidias y las comidillas de barrio se suceden.
Ferran Adrià aprovecha el acontecimiento mas esperado del año para soltar la bomba de que cierra el Bulli durante dos años para reinventarse.
Apartando bruscamente las lenguas venenosas y envidiosas, con rumores de parvulario, debemos de ponernos frente a esta noticia y pensar.
Todo tiene un comienzo y un final en esta vida, es una de las leyes que primero aprendemos. ¿Será está el final de una etapa?. Yo coincido con muchos cocineros en que todos los años esperamos a ver que saca de nuevo o a ver que nos sorprende, comenzó su andadura de vanguardia con el sifón, siguió con esferificaciones, falsos caviares, malto, mundo químico, terminando con el nitrogeno.
Adrià puso a España en la cúspide de la cocina moderna mundial y detrás de este movimiento miles de farsantes intentando imitarlo e inaugurando "restaurantes-farmacia" que duraban máximo seis meses. Adrià no quiere sorprender a la galeria solo con la vista y el ingenio, si no con el paladar.
Como le iba diciendo, la ultima que vez que estuve con Ferrán fue el año pasado en el FORUM de Girona y el sentimiento y sensación general de los miles de cocineros que había allí convocados fue de indiferencia, me parece que el único provecho que le sacaron a esa mesa redonda o a la ponencia fue la foto que se hicieron con él.
Es decir, si nos remontamos hace doce años cuando salió el sifón, a días de hoy aún no se sabe utilizar a la perfección este instrumento maravilloso.
Por eso bajo mi humilde opinión, Adrià necesita parar, como lo necesitamos todos alguna vez en la vida, porque te das cuenta de que estas perdiendo muchas cosas que seguramente aunque pagues habrás perdido para siempre.
Ayer hablaba con un amigo sobre este tema, aparentemente el mejor cocinero del mundo no creo que le falte dinero, pero seguramente el viaje a Japón que tanto habla él siempre, le ha rozado el alma. Si analizáis a Ferran en sus puestas en escena, hay un antes y un después de su viaje a Japón. Con esto quiero decir que Adrià será un genio rodeado de un equipo acojonante (en diners torronets), pero no nos olvidemos que es un ser humano. ¿Se le han acabado las ideas? no lo creo, a un mediterráneo no se le pueden acabar las ideas.
Este acontecimiento sabático puede preocupar a más de uno, ya que ahora se darán cuenta de que eran borregos que seguían al pastor, hay algún osado que en el informativo de antena3 al preguntarle en "Madrid fusión" dice - a más clientela tocamos - cuando en su restaurante hace mas arroces a banda que esferificaciones.
Me parece que nuestro mundo gastronómico se ha divido y ha sido positivo ya que así nos hemos dado cuenta del verdadero significado de la cocina.
No olvidemos que las técnicas de Ferrán Adrià nunca fueron inventos ni creaciones suyas, los platos sí, pero las técnicas la mayoría son usadas desde hace décadas en la empresas de alimentación, llámese fabricas de gominolas o "chuches", heladeras, turroneras, vamos alimentación general. Y él las ha transportado a nuestras cocinas.
Es cierto que cada día se está aplicando una reconversión de la cocina de raíces o tradicional, adaptándola a presentaciones y raciones mas estéticas, pero respetando el sabor y la materia prima, clásicos como Santi Santamaria, Pellicer, Fermí Puig, Juanjo Cocinados, Urrechu, Koldo Royo (que abierto sus puertas de nuevo), Roca, Bersategui, Subijana, Arzak, Arguiñano, Francis Paniego, Angel León...
Adrià siempre habla de que su cocina no es una moda ni una tendencia, yo discrepo con esta frase y declaración de intenciones. Su cocina es una tendencia y una moda, pero una moda perenne, que es lo grandioso. Los pantalones vaqueros no fueron una moda, todos tenemos tres o cuatro en nuestros armarios, es decir, que existe mucha gente de todo el mundo que seguirá viajando a degustar la cocina del Bulli, aunque siguiera realizando aires de zanahoria o esfericaciones o los ojos de conejo, o la lamina de almendra cruda.
Ferrán ha creado una religión y esta nunca va a morir.