martes, 24 de marzo de 2009

MI PEQUEÑO ESPACIO DE TIEMPO.


LEAN Y MEDITEN... olvídense de sus problemas sólo un instante y piensen en esta parábola...

EGO

" El ego es un fenómeno social; es la sociedad, no eres tú. Pero te da una función en sociedad, un lugar en la jerarquía social. Y si te quedas satisfecho con él, perderás la oportunidad de encontrar tu verdadero ser. ¿Te has dado cuenta alguna vez de que a través del ego entran en tí todo tipo de desgacias? No puede hacerte dichoso; sólo puede hacerte desgraciado. El ego es el infierno. Cuando sufras, trata de observar y analizar, y descubrirás que de algún modo el ego es la causa del sufrimiento."

LA MUJER QUE TENIA QUE CRUZAR EL RÍO.

" Dos monjes budistas están volviendo al monasterio y llegan a la orilla de un río. La corriente es muy fuerte; es un lugar montañoso. Una mujer joven y hermosa está esperando allí a que alguien le ayude a cruzar. Teme entrar en el río sola. Uno de los monjes, que es el mayor de los dos, por supuesto... como tiene más edad camina por delante: un juego del ego. Si eres mayor tienes que caminar por delante; los monjes más jóvenes tienen que caminar un poco más atrás. El monje más anciano va el primero. La joven le pregunta: -¿Me ayudaría? Bastaría con que me diese la mano. Me da miedo, la corriente es muy fuerte y el río tal vez sea muy profundo. El anciano cierra los ojos; esto es lo que Buda había dicho a sus monjes: que si veían una mujer, en especial si es hermosa, debían cerrar los ojos. Es algo que me sorprende: ya la has visto y después cierras los ojos; si no la hubieses visto, ¿cómo sabrías que es mujer y que es hermosa? Ya te ha afectado, ¡y entonces cierras los ojos! Por tanto el hombre cierra los ojos y entra en el río sin responder a la mujer. Entonces llega el segundo monje, el más joven. La muchacha tiene miedo, pero no puede hacer otra cosa: el Sol está a punto de ocultarse, pronto se hará de noche. Por tanto le pide al monje: -¿Me darías la mano para ayudarme a cruzar, por favor? El río parece profundo y la corriente es muy fuerte... y tengo miedo. El monje dice: -Es profundo, lo sé, no basta con que te coja de la mano; siéntate sobre mis hombros y te llevaré al otro lado. Cuando están llegando al monasterio, el monje más anciano le pregunta al joven: -Escucha compañero, has cometido un pecado y voy a informar de que no sólo tocaste a una mujer y hablaste con ella, ¡sino que además la llevaste a hombros! Debes ser expulsado de la comunidad; no mereces ser un monje. El joven simplemente se rió y dijo: -Parece que yo dejé a la muchacha en el suelo hace tres kilómetros y tú sigues llevándola a hombros. Hemos recorrido tres kilómetros y sigues preocupado por en incidente. Ahora bien, ¿qué está ocurriendo con este viejo monje? La muchacha era preciosa; ha perdido la oportunidad. Está enfadado, celoso. Está lleno de sexualidad, está hecho un verdadero lío. El joven está completamente limpio. Cruzó el río con la muchacha y la dejó en la otra orila, y eso es todo; la cosa acabó allí mismo. Nunca luches con la avaricia, el ego, la ira, los celos, el odio; no puedes matarlos, no puedes aplastarlos, no puedes luchar con ellos. Lo único que puedes hacer es tomar conciencia de ellos, y en el momento en que tomas conciencia, desaparecen. Ante la luz, la oscuridad simplemente desaparece.