viernes, 23 de enero de 2009

VENTOLERA A RAFAGAS


Acabo ahora del pase y está siendo un día de viento, la gente esta contenta pero nosotros estamos raros. Hoy no he podido controlar mis nervios y algunos momentos se me iban de las manos, controles de tiempo y seguimiento de herramientas. En sala todos los comensales estaban a gusto y les ha gustado todo. Pero no sé, hoy es uno de esos días tristes y opacos que uno emite en su biografía (como diría Ismael Serrano). Mi vida no está siendo como prevería, ni mejor, ni peor, si no diferente, es como si fueses conduciendo un coche de cinco ruedas y la quinta no fuese la de repuesto, o ir por una autopista pero con semáforos, es decir vas por donde debes, pero existen pequeños matices o detalles que te llaman la atención además de prohibirte o sancionarte.
Muchas veces me gustaría no ser tan transcendental y espiritual, en cuantas más cosas crees o intuyes más amplio es el abanico de respuestas o intenciones hacia la solución de una cuestión.
Mi vida personal tan ligada y casi anulada por la profesional me está mandando mensajes de -HOLA AMIGOTE...ESTOY AQUÍ...HAZME CASO, POR FAVOR-, pero como en un sueño de esos que quieres despertar y abrir los ojos y no puedes, pues igual es ahora mi vida, no me puedo ayudar por que no tengo la llave para salir de la puerta de este sueño que me tiene atrapado desde hace años. Me gustaría contarles que me han sucedido, pero en esta temporada estoy aprendiendo que muchas de mis intimidades pueden ser un arma perfecta para esos que se hacen llamar amigos y luego te trinchan como cerdo ibérico en Jabugo.

VIENTO DEL SUR.
Las necesidades del alma,
las tejas volando,
planeando,
como corazones sin destino.
Amores que se lleva la Tramontana,
rojizos como la arena del Sahara.
Emociones dudosas o claramente
visibles a punto de encontrarse
y reforzarse con un beso de amor.
Ilusiones que se desvanecerán por el tiempo,
ese tiempo no encontrado para alentar esa llama
necesaria...
Viento del Sur, amores del Norte.

Dani Albors.