lunes, 3 de marzo de 2008

LA DECISIÓN DE LA COCINA


Es domingo (mejor dicho lunes)y son casi las dos de la madrugada, y estoy frente mi "mac" en un momento nostalgico, esos momentos que el silencio de la madrugada te descubre los fantasmas agitados de un duro día de trabajo. No suelo pregutarme el porqué de las cosas, ya que mi cupo de "porqués" lo terminé hace años cuando no encajaba ninguna pieza en mi vida, pero ahora este "palabro" no tiene cabida en mi ser. De todas formas hoy como si de un espectro de ilusiones motivadas e inclinadas hacia un futuro casi siempre incierto ya que cierto no hay nada, me pregunto a mi mismo que quiero conseguir. Trabajar es preciso, ya que todos estamos cumpliendo la condena de créditos, hipotecas y demás fauna prestataria la cual nos obliga a obtener unos ingresos para pagar esta sentencia casi "neuro-usurera". Pero metidos en cazuelas, ¿donde queremos llegar los cocineros?, hoy leía un reportage en un dominical, no sé si de "EL PAÍS", una entrevista a un conocido "Chef" catalán que ahora intenta de una manera sutil ensalzar su carrera "Rockera" y como músico aprovechando la fama que le respalda como cocinero. Por otro lado y cada día más, se ven intentos en portales como "el you tube" cocineros y restaurantes intentadose promocionar (entre tantos yo uno de ellos), y te das cuenta que no sabes diferenciar entre publicidad o alimento del ego. Quizás y sin intento de justificarme ni a mí, ni a mis camaradas , los cocineros necesitamos ese cariño del público, de nuestros comensales, ese aplauso después de una gran y dura puestas en escena. Pero nunca sabes donde estás. A mí personalmente la cocina es mi mundo, no podría vivir sin cocinar, pero ya no solo el hecho de cocinar, si no hacerlo para los demás. Esa necesidad de querer agradar, querer complacer. Seguramente habrán oído muchas veces a cocineros u hosteleros quejarse de lo dura que es esta profesión, y los sacrificios que ella conlleva, en parte hay cierta verdad, pero también abultada leyenda engordada. Es cierto que la gente como yo, que tenemos nuestro propio restaurante tenemos muchas responsabilidades, además de las culinarias, las menos agraciadas que son "papeleos", pagos, bancos, hacienda, Seguridad Social.... pero lo importante es que hacemos lo que nos gusta y la libertad está por encima de todo.

Volviendo al tema mediático(que me voy por los cerros de Úbeda), la carrera hacia los medios de comunicación es trepidante, muchos cocineros quieren subirse al carro televisivo, bien en plan "productora" o auto editandose. Y es ahí donde llega el porqué que ronda en mi alma en esta fría madrugada de marzo, en donde un cebador del fluorescente de mi oficina cruje como si de un grillo electronico se tratase ,queriendome decir algo, pero no puedo entenderle, vivo en otro mundo, menos sutil, menos matematico, más visceral, en donde uno lucha por ser libre, y solo recibe críticas y envidias que le hunden y por otro lado los comentarios de agradecimiento por existir y ser tan buen cocinero te levantan como si fueras a subir al cielo de los "Adrià". Y te preguntas, ¿no habrá un termino medio?...¡¡¡NO!!!, por que si la gente fuera indiferente, aún les exigirias una declinación o bien hacia el mal o al lado del bien... Me doy cuenta de que no se trata de ser cocinero, se trata de vivir y la vida pasa muy deprisa. Mis recuerdos de infancia siguen latentes en mi mente, mis amigos del "Convento", mis estudios en "F.P." y en "Artes y Oficios", mis amores, mis fiestas, mis juergas, mis viajes....y de repente te plantas en casi 32 años, con a punto dos hijos, y dices ¡¡¡eeehhh!!! para el carro, ¿por qué ahora no puedo vivir tan intensamente?, debo disfrutar de mi esposa, que siempre vuelvo mi cabeza está ahí a mi lado, mis hijos son algo grandioso... y yo ¿que soy?...sí se muy bien lo que soy para mi mujer, para mis hijos, para mi familia, para mis amigos, para gentuza que me envidia y odia, para la maravillosa gente que me sigue, respeta, admira y quiere...pero lo más importante, ¿que soy para mí?, y ¿que soy realmente?, sí usted puede pensar, para mí eres un gran amigo, un gran cocinero, un charlatán, un farsante, un buen Padre, un buen marido, un.... según en donde se posicione creera una cosa u otra... pero a causa de preocuparnos muchas veces de que imagen querriamos ser o debemos dar, nos olvidamos de esculpir nuestra propia alma.

Pero bueno, de todo lo dicho tampoco no hagan mucho caso, por qué los genios no solemos estar muy bien de la cabeza como decía una prima mía.

AGUR.